Día 11 -> Un día lleno de agua, emociones y despedidas mágicas
Hoy nos hemos despertado con el espíritu alegre de Hawái flotando en el aire, como si el mismísimo Maui nos hubiese lanzado una ola de energía para empezar el día. Con collares de flores imaginarios y muchas ganas de pasarlo bien, hemos arrancado la jornada con un desayuno delicioso que nos ha dado fuerzas para lo que venía: ¡la esperadísima aqualaka!
¡Qué momento tan refrescante y divertido! Entre risas, carreras y chorros de agua por todas partes, nos hemos empapado de alegría. Ha sido una batalla amistosa en la que no ha importado mojarse, sino disfrutar juntos y crear recuerdos inolvidables.
Después de tanta acción, una buena ducha nos ha devuelto la calma, y nos hemos dirigido al comedor donde nos esperaba un festín digno de campeones: espaguetis a la boloñesa que nos han hecho relamer hasta el último hilo, seguidos de un surtido de fritos; fingers de pollo y croquetas que han volado de los platos. Y para terminar, una sandía fresquita que ha sido como un abrazo dulce en medio del calor.
Con la tripa llena y el corazón contento, hemos tenido un merecido descanso antes de embarcarnos en la misión de la tarde: ¡recoger el campamento! Pero no ha sido una simple tarea, sino una rotación especial. Mientras unos preparaban sus maletas con mimo y nostalgia, otros se dedicaban a decorar unas pinzas mágicas, cargadas de cariño, para regalar a sus compañeros.
Y entonces ha llegado uno de los momentos más bonitos del campa: la dinámica de las pinzas. Nos hemos reunido todos, rodeados de abrazos, palabras bonitas y alguna que otra lagrimilla que se ha escapado sin pedir permiso. Cada pinza ha sido un pequeño tesoro, un símbolo de amistad, gratitud y conexión.
Con el corazón lleno, hemos preparado la cena juntos, compartiendo los últimos bocados como si fueran los más especiales del mundo. Y después… ¡la gran fiesta de fin de campamento! Hemos bailado, reído y celebrado todo lo vivido, sabiendo que este día quedará grabado en nuestra memoria.
Al final, nos hemos dado las buenas noches con un nudo en la garganta y una sonrisa en los labios. Porque aunque el campa llegue a su fin, lo que nos llevamos es eterno: los momentos compartidos, los valores aprendidos y las amistades que florecieron entre juegos, comidas y magia.
“Las despedidas no son el fin, son el eco de lo que fue hermoso. Y si algo nos ha enseñado este campamento, es que la magia existe… y vive en nosotros.” 🌈💫
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